Los mecanismos que subyacen el aprendizaje y la planificación curricular de aula
César Ruiz de
Somocurcio
Los aportes que la neurociencia viene dándole
a la educación dan una mirada diferente y complementaria a las estrategias que el
educador desarrolla para lograr el aprendizaje, es decir este nuevo
conocimiento le permite entender cómo funciona el cerebro cuando aprende y le
ofrece la oportunidad de innovar y transformar la enseñanza.
Por ello, uno de los objetivos en el campo de la Neuroeducación es que
el educador comprenda cómo el cerebro aprende para luego lograr una propuesta
pedagógica más efectiva y significativa. Por esa razón, se hace imprescindible
que el docente conozca y entienda también los mecanismos que subyacen al
aprendizaje con el fin de planificar estrategias más apropiadas.
El concepto de aprendizaje propuesto por Campos (2014) “es un proceso cíclico continuo, que está relacionado con los cambios que
ocurren en un individuo a escala neuronal, cognitiva y conductual (motor-social-emocional-moral).
Es el resultado de la interacción entre factores genéticos y ambientales, modulado
por el proceso de neurodesarrollo y por la calidad de las experiencias a nivel
individual y cultural. Es vital para el ser humano, pues permite su adaptación
al entorno, su supervivencia, su desarrollo y su interacción con el medio y las
personas que lo componen”, permite entender que el aprendizaje
y la memoria implican modificación en las conexiones neuronales y, por ello,
cambios estructurales en el cerebro.
Si bien cada ser humano posee un cerebro único
e irrepetible determinado por esa influencia de los factores genéticos y las
experiencias culturales, ambientales, familiares e individuales, es importante
saber que los mecanismos por los cuales
se desencadena y se da el proceso de aprendizaje son comunes a todos los que
conformamos la raza humana.
Por otro lado, sabemos que nuestro cerebro es
plástico y está expectante y dependiente de las experiencias, por lo tanto éstas
tienen un valor fundamental para el aprendizaje y la memoria. La especificidad de la información,
proveniente de cada experiencia, permitirá la estimulación de las neuronas que
conforman un determinado circuito, y la frecuencia, intensidad, duración y oportunidad
de esta información aumentará la tendencia a que dicho circuito neuronal se vuelva
a estimular una y otra vez, generando una activación de neuronas tal, que si
empiezan a dispararse constantemente y en conjunto, se reforzará el circuito
que irá estableciendo y formando las memorias.
La construcción de los aprendizajes se realiza
involucrando diferentes circuitos neuronales y abundantes mecanismos
cerebrales, que vamos conociendo desde un nivel de análisis celular, hasta un
nivel de análisis más amplio, el de sistemas, como percepción, atención,
memoria, cuyas consideraciones son de gran interés para el ámbito de la
Neuroeducación.
El cerebro es un órgano diseñado para
el aprendizaje, por lo tanto viene preparado con sistemas y habilidades cognitivas
para lograrlo. La base del desarrollo cognitivo está en la interacción de los
dominios físicos, psicológicos y biológicos, con los sistemas cognitivos
(percepción, atención, memoria, razonamiento, lenguaje, entre otros) y las
habilidades de aprendizaje básicas (imitación, analogía, cognición y
razonamiento) (Goswani, 2008).
Por lo tanto cuando enfrentamos a un estudiante
a una tarea cognitiva éste debe iniciarla
y mantener la acción, seleccionar y eliminar la información que no usa,
detectar errores y modificar acciones, asimismo finalizar con eficacia.
Para ello debe activar e integrar una serie de
sistemas que le permitan que la información que recibe se convierta en
conocimiento y sea almacenada adecuadamente en la memoria de largo plazo. Para
que esto ocurra deben darse los
mecanismos por los cuales se activa, desencadena y se da el proceso de
aprendizaje, de modo que se vayan activando los diferentes sistemas, como
la percepción, la atención, la memoria, el razonamiento, el emocional y el
lenguaje entre otros.
1. ¿CUÁLES
SON LOS MECANISMOS NATURALES DEL CEREBRO INVOLUCRADOS CON EL APRENDIZAJE Y LA
MEMORIA?
Aprender requiere activar los procesos cognitivos que permitan tomar
los estímulos del entorno y convertirlos
en conocimiento que pueda ser almacenado en la memoria de largo plazo. Recordemos
que si bien cada cerebro es único e irrepetible,
los mecanismos por los cuales se
desencadena y se da el proceso de aprendizaje son comunes a todos.
Como se puede apreciar en la figura, para aprender,
el cerebro sigue una secuencia previsible de un conjunto de sucesos que se dan
desde el input sensorial hasta la
integración de varios circuitos neuronales, haciendo posible el almacenamiento
de la información y su evocación. Desde este esquema, podemos entonces dar
mayor atención a algunos de los mecanismos que suceden en el cerebro para
repensar la planificación de las actividades pedagógicas. Esta secuencia de
etapas, como veremos, es cíclica y se repetirá cada vez que haya una nueva
experiencia de aprendizaje.
Figura 1. Esquema muestra
los cuatro mecanismos naturales del proceso de construcción del aprendizaje constituido
y en las que en cada una de ellas se activarán los diferentes sistemas
1.1
PRIMER MECANISMO: PREPARACIÓN E INICIACIÓN.
Cuando estamos
expuestos a una experiencia de aprendizaje, lo primero que ocurre es el input sensorial: la voz del profesor,
el gráfico en la pizarra o la textura del objeto nos darán el estímulo que ingresará
por los canales sensoriales. A partir de este input, se desencadena una serie
de eventos que activarán los primeros sistemas que nos permitirán aprender.
a. Fase de activación
de los sistemas sensoriales
Al recoger la información del entorno,
nuestros sistemas sensoriales hacen un registro (visual, auditivo, olfativo, somatosensorial,
gustativo). Este registro mantiene la información el tiempo suficiente para que
el cerebro pueda ir procesándola, pasando de la sensación pura a la percepción
(Momento en el que el cerebro genera una representación mental de la sensación)
Según Schiffman (2004), la percepción es “el resultado de la organización e
integración de las sensaciones en una conciencia de los objetos y sucesos
ambientales” . La percepción le da sentido a los estímulos,
activando el sistema atencional, la emoción y la memoria de trabajo. La
interacción entre el conocimiento previo y el input perceptivo real lleva a la
percepción.
Una vez que se
inicia la percepción se da origen al proceso de activación del sistema
atencional, que implicará la selección de cierta información para procesarla
con detenimiento e impedir que otra información se siga procesando, es decir,
apoya la concentración en un input, focalizando la atención y excluyendo
cualquier otra información.
b. Fase de incorporación
del sistema atencional
Una vez activados
los sistemas atencionales, estas redes neuronales, distribuidas por todo el
cerebro, procesarán diferentes aspectos de la tarea desde la percepción del
estímulo. Se inicia con la activación de la red de alerta, asociada con la
percepción abajo-arriba y arriba-abajo, asociando las áreas cerebrales ante la
presencia de una señal que anuncia el objetivo. Este sistema favorece la
ubicación rápida del estímulo, además permite suprimir los estímulos
competidores. La atención es importante para el aprendizaje porque en el
entorno de un estudiante hay cientos de estímulos y, estar atentos, significa
esforzarse en mantenerla sobre aspectos que la realidad demanda y porque debe
asegurar la ejecución de la misma (Fuentes y García, 2010).
c. Fase de las
emociones en el aprendizaje
Todo evento que inicia despierta expectativa y asombro. El cerebro
activa tanto la corteza prefrontal como los ganglios basales (ruta de
recompensa) generando una
recompensa lo que tiende a repetir la
acción o la conducta. (W. Assad. 2012).
Las reacciones emocionales mejoran y
garantizan nuestra capacidad de almacenar recuerdos, por lo tanto contribuyen
con nuestro aprendizaje, favoreciendo que
la atención se oriente de manera automática y se mantenga. La amígdala juega un
rol decisivo en la manifestación del condicionamiento y en la memoria al
interactuar con el hipocampo. Por lo tanto, las emociones modulan el
almacenamiento de las memorias declarativas.
d. Fase de activación
de la memoria de trabajo
La memoria de trabajo activa los circuitos de todos los sistemas de memoria
para el almacenaje del conocimiento, asociando la información recibida desde la
memoria sensorial con los patrones almacenados en la memoria de largo plazo. Retiene la
información el tiempo suficiente para que las “tareas” se cumplan e involucra a los sistema de atención
ejecutiva para el logro del aprendizaje.
Una de las funciones de nuestro cerebro cuando se activa para el
aprendizaje, es la formación de
conceptos a partir de la categorización que le da significado a cada elemento
recogido por los sentidos, para lo cual debe codificarlo, almacenarlo y
evocarlo. En este sentido, la calidad del conocimiento
previo determinará cómo se desencadena la cascada de eventos requeridos para
el aprendizaje, y permitirá de alguna manera definir qué tan nuevo o
significativo es un determinado objeto o fenómeno. Los conceptos son las
organizaciones mentales básicas para la vida, ya que ellos nos permiten hacer
un resumen de las representaciones de nuestras experiencias con el entorno
surgidas de la categorización de la realidad (Mareschald, 2010).
En esta fase, una vez activado el mecanismo de
preparación e iniciación que construye la base del aprendizaje y que posee todo
cerebro humano, facilitará la creación de las condiciones necesarias para que,
a través de la sensopercepción, la atención, la memoria de trabajo activada y
las emociones accionando el circuito de recompensa, se abran los canales para
enfrentar toda experiencia para aprenderla con eficiencia, al codificarla,
almacenarla y evocarla.
1.2 SEGUNDO MECANISMO: LA ADQUISICIÓN DE
CONOCIMIENTOS Y HABILIDADES DESDE LA EXPERIENCIA
Durante muchos años los neurocientíficos
vienen intentando entender cómo el cerebro extrae el conocimiento y las
habilidades de las experiencias y los convierten en comportamiento. Para un educador, la gran meta del
aprendizaje es que el estudiante pueda no solamente aprender sino que use adecuadamente
y de manera fluida lo que aprendió. En este sentido, se hacen imprescindibles
las experiencias que promuevan diversas alternativas para que el cerebro
adquiera un conocimiento o habilidad, algunas de ellas ya mencionadas
anteriormente (sensibilización, condicionamiento, imitación, inducción,
reforzamiento, entre otros).
Todos los seres humanos adquirimos
conocimientos y habilidades de diferentes formas y en grados de destreza
individual, por lo que debemos promover actividades que promuevan el aprendizaje
desde la experiencia que permitan un desarrollo jerárquico del conocimiento, una
acción de andamiaje[1],
retroalimentación y que conecten con aspectos significativos del contexto
(Schwartz, 2014) empleando espacios de reflexión, acción y metacognición. Es así que las experiencias van a permitir que
aprendamos y conforme vamos practicando y almacenando lo aprendido en la
memoria, nos vamos haciendo más diestros y más hábiles. Algunos aprendizajes son más complejos que
otros, por lo que las experiencias deberán considerar la frecuencia,
intensidad, duración y oportunidad adecuadas para una práctica efectiva.
En relación a este mecanismo utilizado por el
cerebro – aprender desde las experiencias – sería ideal que el educador
planificara actividades que activen a los sistemas sensoriales de forma
adecuada, no ambigua, para lograr mantener los sistemas atencionales y motivacionales activos
orientados a que la memoria de trabajo active las redes neuronales específicas
y se pueda lograr el aprendizaje.
Como el aprendizaje es el resultado del
funcionamiento de nuestro sistema de procesamiento de información, los
contenidos del aprendizaje cognitivo son codificados en los almacenes de la
memoria: no solo en la memoria explícita por lo percibido y el significado
semántico, sino que algunos contenidos informativos se almacenan en la memoria
implícita, concretamente en la memoria de condicionamiento o asociación
estímulo-respuesta (Nieto, 2011).
Para J.M. Nieto (2011), existen dos únicas
formas de percibir la información para construir el conocimiento:
ü El aprendizaje directo. Se construye el
conocimiento sobre un objeto a partir de la observación y manipulación directa,
además de la reflexión sobre éste. Es un
proceso personal de ensayo y error. En
este tipo de aprendizaje se encuentran las vivencias, experimentos, entre
otros. Con el avance de la tecnología se incorpora otra forma de tener
experiencias directas, por ejemplo la simulación.
ü El aprendizaje indirecto. Se logra a través de la información que recibimos de
otras personas y experiencias. Se desarrolla
sobre el objeto ausente y es el resultado de utilizar las fuentes del lenguaje
verbal y no verbal, como los textos impresos o electrónicos, gestos corporales,
comunicaciones orales, icónicas, signos, música, entre otros.
En este sentido, el cerebro usará diferentes
mecanismos para la adquisición de los aprendizajes a través de las experiencias
vividas en el día a día, sean ellas formales (planificadas por el educador) o informales
(implícitas en las relaciones humanas y en las relaciones con los objetos). La experiencia aportará también, el punto de
partida, cognitivo, afectivo y valorativo, que le despierta el objeto de
aprendizaje, imprescindible para el conocimiento.
En este momento los sistemas activados van
recogiendo la información a partir de la experiencia de aprendizaje directo e
indirecto para ir codificando, almacenado y evocando el conocimiento.
1.3
TERCER MECANISMO: LA ORQUESTACIÓN DE REDES
La orquestación de redes consiste en mantener activados los circuitos neuronales
característicos que se dieron como producto de la percepción, activación de los
sistemas atencionales y la memoria de trabajo. Todo aprendizaje significa
activar las redes neuronales y con ello generar cambios en las conexiones
sinápticas y en las estructuras neuronales, que conocemos como plasticidad
neuronal. Por eso, en esta etapa hace falta que las experiencias de aprendizaje
se den con una determinada frecuencia, intensidad y duración; así como en el
momento oportuno, para de este modo asegurar una adecuada activación neuronal y
alcanzar la consolidación de la memoria.
a. Fase de la retroalimentación
y metacognición
Como sabemos el aprendizaje envuelve cambios físicos y químicos en las
neuronas y a nivel de las sinapsis que
las relacionan con otras neuronas. Es
decir, provoca cambios a nivel sináptico, dado que crea nuevas formas de
conexión neuronal y nuevos senderos, haciendo más eficientes las funciones de
los circuitos y sistemas involucrados.
Aquí, para favorecer la formación de redes, son claves la
retroalimentación y la metacognición, así como los procesos de andamiaje y conexión
significativa. Estos permitirán ajustar o aportar al proceso de consolidación
del aprendizaje.
La
retroalimentación, no solo fortalece los circuitos sino que proporciona
información esencial para el éxito del aprendizaje ya que permite determinar
las consecuencias de las acciones y relacionada con el ajuste del
comportamiento de los niños en el éxito del cognitivo (Meyer y col, 2014). En
este sentido en cuanto la retroalimentación sea más inmediata sobre la
precisión de la predicción, a pesar de ser un aprendizaje difícil, se persevera,
se ajusta y se logra mejores resultados en un aprendizaje.
Por su parte, la metacognición implica atención, resolución de
conflictos, la corrección de errores, el control inhibitorio, y la regulación
emocional. También está asociada con en su acción con el control ejecutivo, la memoria de trabajo, y
la función del lóbulo frontal. Se presume que la metacognición esta mediada por
un circuito neuronal que implica regiones del cerebro mediofrontal (Shimamura,
2000) (Fleming, 2013).
Al trabajar diversas redes en conjunto, la memoria de trabajo
codificará los mecanismos de la
plasticidad sináptica y la formación de nuevas redes activando los
circuitos neuronales. Es un momento en
que se busca la profundización del
significado, que implicará interpretar la información, relacionarla con otra y
reflexionar sobre ella.
La práctica constante y repetida es una forma efectiva de aprender
algo porque fortalece las redes, haciendo que la vía neural activada sea más
eficiente para ejecutar ese aprendizaje.
La memoria de corto plazo actuará como
conjunto de los procesos que permiten el almacenamiento temporal de la
información necesaria para realizar cualquier actividad cognitiva compleja, en
asociación con la atención, componentes de la memoria de corto plazo y memoria
de largo plazo. Participa de la recuperación y el repaso, la planificación, y
toma de decisiones, cálculo y cómputo sobre representaciones. Se convierte en el eje central de la cognición
(Ruiz-Vargas, 2011). Es un sistema
que flexibiliza
el almacenamiento de los conocimientos en la memoria de largo plazo, con su procesamiento.
Los procesos realizados por la memoria de
trabajo son codificación, almacenamiento y recuperación. Para la recuperación, la memoria explora la
búsqueda de la información a recuperar en la memoria de largo plazo, a través de un proceso en paralelo y rápido. La recuperación parece no depender de un
proceso sino de varios. Por todos estos
procesos es que a la memoria de corto plazo se le conoce como motor de la
cognición.
Como vimos tanto en la retroalimentación como
en la metacognición, el sistema atencional, a través de la atención ejecutiva, trabaja
con la memoria de trabajo lo que permite mantener la atención en una tarea o en
la obtención de una meta.
Por lo tanto, una de las estrategias que puede
utilizar el educador para darse cuenta de que los estudiantes están orquestando
u organizando el conocimiento o habilidad adquiridos de forma adecuada, es
fomentar el desarrollo de habilidades metacognitivas, así como utilizar la retroalimentación
para ajustar los procesos o darse cuenta de los aprendizajes logrados.
1.4
CUARTO MECANISMO: LA INTEGRACIÓN FUNCIONAL
La integración funcional significa que el conocimiento fue codificado,
almacenado y está disponible para ser evocado cuando se lo necesite, es decir,
se generaron los patrones de redes en la memoria de largo plazo. La integración
funcional de dos estructuras cerebrales depende de su nivel de interacción,
cuanto mayor sea ésta mayor será su integración. Por lo tanto, cuanto más limitada sea su
interacción con otras estructuras mayor será su diferencia funcional (Goldberg,
2001).
La integración funcional está relacionada con las regiones y redes
neuronales que participan en los diferentes momentos del aprendizaje y la forma
en que éstas interactúan entre sí y pasan información de una a otra hasta que
el aprendizaje se logre.
Cuando hablamos de la memoria, no hablamos de una sola, sino de muchas
de ellas o, expresándolo mejor, estaríamos hablando de un sistema de memorias
que deben interaccionar para lograr una integración funcional. En este sentido, se va integrando la
información almacenada en los diferentes sistemas de memoria para construir el
aprendizaje. Así, por ejemplo, podríamos mencionar que la memoria semántica
sabe el qué, la memoria la episódica sabe el cuándo y la procedimental sabe el
cómo.
Se activan una serie de redes neuronales que se van integrando a
medida que se va consolidando la memoria. Se dan cambios en las redes, en las
estructuras cerebrales y se produce la consolidación de la memoria de largo
plazo explicita e implícita.
La codificación según Smith (2008) es el
término empleado para designar los diversos procesos mentales mediante los cuales
la información se transforma en una representación de memoria. La experiencia de aprendizaje activa todos los
procesos de codificación tanto de la memoria declarativa como no declarativa. La codificación es una consecuencia inmediata
del hecho de atender un estímulo y procesarlo. Lo que influye en la eficacia es el modo en el
que se procesa el estímulo y no la razón por la que se realizó el
procesamiento.
La recuperación depende de cómo se ha
codificado la información y la codificación a su vez permite explicar cómo es
almacenado el estímulo. La recuperación
se explica por la teoría de los niveles
de procesamiento en la que la codificación se considera un subproducto del
procesamiento del estímulo. El análisis
del estímulo se realiza desde un nivel poco profundo, perceptivo, hasta un
nivel profundo de análisis semántico, basado en el significado que relaciona la
información entrante con el conocimiento ya almacenado en la memoria, dando
mayor probabilidad que el estímulo se recuerde.
Otro aspecto que favorece la codificación es
por efecto de generación, es decir, el aprendizaje es mejor si se puede generar
información objetiva a partir de la memoria. Generar
información basándonos en la memoria es un fenómeno de codificación más potente
que solo procesarla. Según los
especialistas este modelo es mejor porque la generación de codificación inicial se solapa con la de
recuperación.
El efecto de espaciamiento, es decir la pauta de
una secuencia temporal en el proceso de aprendizaje favorece la codificación.
Investigaciones han probado que la repetición masiva en un momento es menos
efectiva que una que se haga en repeticiones
bajo una distribución conveniente, ya que es más probable que se recuerde
un estímulo que se ensaya de distintas formas en diversos ensayos.
Las memorias codificadas experimentan
consolidación, un proceso que las modifica de manera que con el tiempo se vuelven más
estables y al final existen independientemente de los lóbulos temporales
mediales. Una hipótesis de la consolidación es que durante el sueño, mediante
un proceso de reinstauración o
repetición, se consolida la memoria en la corteza cerebral. Así, los lóbulos
temporales mediales se requieren para recuperar las memorias no consolidadas
pero, una vez consolidadas se pueden recuperar directamente de las regiones
laterales corticales.
Por otro lado, la recuperación significa la
disponibilidad y accesibilidad a la información almacenada en la memoria de
largo plazo. Según Tulving, la recuperación de la información depende de la accesibilidad
y la disponibilidad. Esta diferencia se marca porque la experiencia nos dice
que a veces podemos recordar algo en un momento posterior, sea sin ayuda o con
ayuda de claves o indicios.
Los estudios en las formas de recuperación dieron
origen a la diferenciación entre memoria explícita o declarativa e implícita o
no declarativa, es decir la manera que tienen estas memorias de expresar sus
contenidos.
La memoria explícita se define como el tipo de recuperación que se revela cuando
la tarea exige la recolección consciente de experiencias previas, mientras que
la memoria implícita es aquella que se revela cuando la realización de una
tarea se ve facilitada en ausencia de una recolección consciente (Ruiz, 2010).
En el caso de la memoria no declarativa el
recuerdo opera fuera de la conciencia. No
somos conscientes sobre cómo influye la memoria implícita en nuestra conducta y
no podemos describir el contenido de los recuerdos implícitos recuperados. Su recuperación e influencia se expresan
implícitamente mediante cambios de conducta. La memoria no declarativa da base a formas de
aprendizaje que son cualitativamente distintos y funcionalmente independientes
de la memoria declarativa.
Es importante mencionar que cuando se produce
un aprendizaje, a menudo podemos observar cambios asociados a la función
biológica, como afirma P. Howard-Jones (2010), es decir, el aprendizaje va
acompañado de un cambio de los patrones
de actividad en las redes cerebrales y no de un incremento o disminución de
una única región.
Por lo tanto, una de las estrategias que puede
utilizar el educador para darse cuenta de que los estudiantes han integrado
funcionalmente el aprendizaje, es decir si se dieron los cambios en los
patrones de activación de redes, es observando la capacidad o habilidad de
transferir el conocimientos para la resolución de problemas a situaciones
nuevas.
Estos mecanismos que subyacen al proceso de aprendizaje que hemos
descrito se dan en un proceso cíclico,
que se repetirá cada vez que haya una nueva experiencia de aprendizaje y se
tenga que construir un nuevo
conocimiento en la memoria.
Todo esto lleva a que en el transcurso de la vida, las experiencias
creen aprendizajes que van enriqueciendo los circuitos neurales únicos que
definen nuestra conducta individual.
2. LOS MECANISMOS NATURALES QUE UTILIZA EL
CEREBRO PARA APRENDER Y LA PLANIFICACIÓN EN EL CURRÍCULO
¿Por qué es importante hacer esta sistematización de los mecanismos
que utiliza el cerebro para aprender?
Actualmente se exige a docente que sea innovador y que transforme su
práctica educativa, por ello, estos aportes con base en la neurociencia se
convierten en una herramienta poderosa para entender cómo funciona nuestro
cerebro durante el proceso de aprendizaje y cómo podemos a partir de este
conocimiento cambiar la práctica pedagogía.
Como educadores, debemos ser conscientes que
el proceso educativo formal es una
herramienta poderosa en la promoción del desarrollo humano, y por ello, cada
educador tiene por deber cuidar, con mucha atención, la calidad de las bases
para los diferentes aprendizajes y propiciar oportunidades de experiencias
significativas que estimulen el desarrollo
integral y potencial de los estudiantes.
Además, lo que hacen o dejan de hacer los educadores dejará huellas casi
definitivas en sus cerebros.
La educación desempeña un
papel casi protagónico en la creación, desarrollo y fortalecimiento de
capacidades, las cuales son fruto de un cerebro en constante aprendizaje y
desarrollo. Si estamos convencidos de la importancia de unir los aportes de las
Neurociencias con la Educación, se hace necesario identificar algunos
componentes, o medios apropiados que propiciarán la transformación en el
proceso educativo, considerando la manera natural y potencial de aprender del
cerebro. Todos estos medios o alternativas están al alcance de todos y son las
herramientas que ayudarán a nuestros estudiantes a que aprendan con todo su
cerebro y que desarrollen su potencial humano.
Finalmente, el logro eficiente de los aprendizajes está asociado con
la forma en que se activen los
sistemas del cerebro (percepción, atención, memoria, lenguaje, emocional,
razonamiento, entre otros) y se integren progresivamente las diferentes redes
neuronales en cada uno de los niveles corticales, por ello debemos asegurar que
estos mecanismos que subyacen al aprendizaje estén presentes en el desarrollo
de las experiencias de aprendizaje.
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§
Strernberg, R. (2011) Psicología cognitiva. México: Cengage.
[1]
Andamiaje es utilizada por primera vez por Bruner,
para explicar lo que ocurre en el ámbito educativo, en el que los maestros
apoyan al alumno para utilizar una estrategia cognitiva que les permita
desarrollar su potencial para realizar una tarea o alcanzar una meta.
Comentarios
Estoy ilusionada haber encontrado tu blog! Soy docente en la U. Alberto Hurtado de Chile y actualmente estoy haciendo un Máster en Neurodidáctica con la U. Rey Juan Carlos, Madrid (online). Me gustaría saber del despliegue de la Neuroeducación acá en la región (Chile-Perú) ya que llevo poquito tiempo en el campo.
Mi email es anyadoherty@gmail.com
Saludos
Anya Doherty
Santiago, Chile