El aprendizaje del lenguaje depende de la relación entre los patrones de pronunciación, es decir la relación entre la palabra y su sonido. En la medida en que la palabra escrita tenga diferentes significados según su pronunciación o escritura requerirá un trabajo diferente de parte del cerebro. Por ejemplo la palabra genialidad suena como jenialidad, o gerente suena como jerente o las palabras homófonas (ablando y hablando, baya, valla y vaya) o palabras homógrafas (llama y llama, coma y coma, cobra y cobra, lava y lava, alto y alto). En el cerebro existe lo que se llama el sistema de lectura, este se encuentra localizado en el hemisferio izquierdo y presenta tres partes: una en el lóbulo frontal, otra en la corteza parieto-temporal y otra en el lóbulo temporal. Como sabemos el sistema de lectura se regula dependiendo de la demanda del sistema de escritura, es decir, qué tanto difiere en una lengua la gramática y los sonidos. Esto se ve por ejemplo en el francés y el inglés cuya gramát...
"La pedagogía con la neurociencia en mente"
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