El funcionamiento ejecutivo permite en los niños y adolescentes la habilidad de regular la atención para acceder a la información en la solución creativa de problemas o situaciones (Zelazo, 2017). Las habilidades de funcionamiento ejecutivo hacen posible el compromiso con la meta y el control de los pensamientos, las acciones y las emociones para alcanzarla. Las habilidades de las funciones ejecutivas (Zelazo, 2017): Aportan a los niños y adolescentes la oportunidad de aprender y adaptarse a los diferentes contextos que plantea la escolaridad. Reducen una serie de comportamientos inadecuados asociados a problemas emocionales y cognitivos que interfieren con el aprendizaje, incluidos entre estos: problemas de comportamiento, dificultades específicas del aprendizaje, desorden de la atención e hiperactividad, desorden del espectro autista, entre otros. Están moduladas por las experiencias positivas. Por lo tanto, un buen soporte y un adecuado desarrollo de calidad en la educación de los n...
"La pedagogía con la neurociencia en mente"