DEBEMOS PRIORIZAR EL DESARROLLO SOCIOEMOCIONAL EN LAS ESCUELAS PARA CUIDAR LA SALUD MENTAL DE NUESTROS ADOLESCENTES
Datos para reflexionar:
Uno de cada siete jóvenes de 10 a 19 años padece algún trastorno mental (OMS, 2021).
42,9 % de adolescentes de 10 a 19 años sufren de ansiedad y depresión;
20% trastornos del comportamiento y TDAH,
1 de cada 5 adolescentes afirma estar deprimido;
el suicidio es la 5ta causa de muerte entre adolescentes UNESCO (2021).
“Los riesgos para la salud en la adolescencia han experimentado un gran cambio. Hace tres décadas, las mayores amenazas para su salud eran el consumo de alcohol en exceso, la conducción bajo los efectos del alcohol, los embarazos en la adolescencia, el tabaquismo y las drogas ilícitas. Hoy, son la ansiedad, la depresión, el suicidio, las autolesiones y otros trastornos mentales graves” (Richtel, 2022).
En los últimos 15 años se han disparado las tasas de suicidios y autolesiones, debido a que la salud mental es un tema poco explorado por los padres de familia y las escuelas. Lo que sugiere una mayor sensibilidad y preocupación de parte de la comunidad educativa.
El cerebro adolescente sufre grandes cambios durante la adolescencia, cambios que le permiten adaptarse y prepararse para alcanzar la madurez. En este proceso el sistema emocional y social están activándose por la acción de neurotransmisores y hormonas, pero su proceso de autorregulación aún no ha madurado lo suficiente, para responder emocionalmente frente a cualquier evento. Por ello, la adolescencia es una etapa de grandes emprendimientos, pero también sensible para situaciones de salud mental. Para la OMS (2021), “los cambios físicos, emocionales y sociales que se producen en este periodo, incluida la exposición a la pobreza, los malos tratos o la violencia, pueden hacer que los adolescentes sean vulnerables a problemas de salud mental”.
Para la UNICEF, en su publicación Adolescencia segunda ventana de oportunidad, nos hace reflexionar sobre el hecho que debemos ir un paso previo y es preparar a los niños y niñas para lograr una adolescencia sana.
La adolescencia es una etapa única y formativa, pero los cambios físicos, emocionales y sociales que se producen en este periodo, incluida la exposición a la pobreza, los malos tratos o la violencia, pueden hacer que los adolescentes sean vulnerables a problemas de salud mental.
La depresión en adolescentes es un problema de salud mental grave que provoca un cambio en el ánimo, sentimiento de tristeza constante y una pérdida de interés en realizar diferentes actividades. Afecta la manera en que tu hijo adolescente piensa, se siente y se comporta, y puede provocar problemas emocionales, funcionales y físicos. Por su parte, la ansiedad es una reacción emocional intensa ante situaciones amenazantes para el individuo.
Si bien la ansiedad y la depresión son distintas, pero comparten algunos indicadores que nos pueden alertar: cambios inesperados en el comportamiento del hijo o hija, como irritabilidad, desinterés en comer o participar en actividades sociales, alteraciones en los hábitos de sueño, retraimiento de otros, afligido, preocupación excesiva, impotencia o tristeza profunda, durante periodos prolongados del día.
Hinshaw, especialista en salud mental adolescente de la Universidad Berkeley, afirma que no es fácil saber si un adolescente está pasando por una inquietud natural o es un problema de ansiedad serio. Tal vez por eso muchas veces no le prestamos la atención debida. Pero, hay algunos indicadores que nos ayudan en ésta decisión y estos son: si la conducta persiste o interfiere con el desarrollo o sus actividades rutinarias importantes o que muestre un auténtico malestar.
Finalmente, recordemos que un niño o niña que practica actividad física regularmente, respeta sus horas de sueño y potencia sus funciones ejecutivas, tendrá un cerebro más fortalecido para la etapa adolescente.
Consulta: La singularidad del cerebro adolescente en el aprendizaje. Recoge los aspectos más importantes del desarrollo del cerebro adolescente orientado a mejorar sus habilidades cognitivas y socioemocionales.
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